Alfaro es un pueblo de La Rioja a 11 km de Rincón de Soto (otro destino del Turismo de Comedia) y 87 km de Logroño. Este pueblo, aparte de ser conocido por el concurso de monólogos del que ahora hablaremos, lo es también por tener una de las colonias urbanas de cigüeña blanca más importante de Europa.
Y esto se pone de manifiesto ante todo sobre un único edificio: la Iglesia Colegiata de San Miguel, el lugar preferido por estas aves para hacer sus nidos a lo bestia y que recoge la mayor colonia de cigüeñas sobre un único edificio, del mundo. ¿Pero del mundo mundial incluyendo Estados Unidos y todo? ¡Mira que esos son muy pájaros también!
No hay un edificio en la Tierra que recoja más cigüeñas sobre si, así que ándate con ojo cuando camines por las calles de Alfaro o mira bien donde aparcas tu coche, si no quieres recibir un desagradable «regalo» recién caído del cielo.
A lo largo del mes de abril y principios del mes de mayo de este año 2.015, tuvo lugar el X concurso de monólogos organizado por el Pub Jazz.
Diez años celebrando este certamen de monólogos por el que pasaron en esta ocasión 16 cómicos a lo largo de sus 4 semifinales y tras ellas, el día 8 de mayo, en la final nos encontramos los mismos cuatro monologuistas que posteriormente lo haríamos un día después en la final del concurso de Murchante. Casualidades de esta vida. Lo curioso es que después de ese fin de semana todavía nos seguimos hablando. Es más, ¡hasta nos llevamos bien!
En esta ocasión tuve la suerte de conseguir el primer premio, y es que La Rioja es mi talismán. El público y la organización de los concursos en esta zona es para aplaudirla. Se nota la experiencia a través de los años organizando estos eventos.
Tras el concurso, al día siguiente me di una vuelta por el pueblo para recopilar información sobre el mismo y hablaros de él a través de esta entrada y su correspondiente vídeo. Así que salí del Hotel HM Sercotel de Alfaro situado en la calle San Antón 32, recomendado por el trato al cliente, su céntrica ubicación y las frases inspiradoras en sus paredes, y lo primero que captó mi atención desde allí fue la Iglesia de San Francisco, otro de los edificios donde las cigüeñas campan a su libre albedrío.
Subiendo por el Pasaje de San Francisco llegamos a calle Las Pozas, donde se encuentra el Pub Jazz y otro local incluso más importante: el antiguo Palacio Abacial o lo que es lo mismo, el actual Ayuntamiento de Alfaro y la Biblioteca Municipal.
Desde allí se llega fácilmente por la calle Alfolíes a la Plaza de España, donde las precauciones para no ser bombardeado deben de incrementarse, ya que la Iglesia Colegiata de San Miguel se encuentra en ella, con sus cigüeñas vigilantes desde el tejado.
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La plaza es el centro neurálgico de la ciudad, pues durante mi paseo fue el lugar del pueblo donde encontré una mayor concentración de alfareños.
Aquí también se ubica la oficina de Turismo, en un edificio de fachada amarillenta, justo enfrente de la colegiata.
Tras subir al mirador de las cigüeñas, detrás de la Iglesia de San Miguel, y tomar unas cuantas fotos de los nidos de estos pajarillos traedores de niños, regresé al hotel donde se encontraba aparcado el Friasmovil.
La calle San Antón desemboca en la antigua cárcel de Alfaro, reconvertida a día de hoy en albergue para jóvenes. No se si valorarlo como un punto positivo de reciclaje urbanístico o como algún tipo de ironía sobre los pequeños jóvenes delincuentes que estamos criando (bueno, ¡vosotros que tenéis hijos!).
En los alrededores del albergue puedes disfrutar de un tranquilo paseo por la zona del río. Y si lo que te gusta es pasear más todavía, también podrás hacerlo cogido de la mano de tu churri por el Paseo de la Florida. Lo puedes hacer solo, pero no es lo mismo. ¿Me lo dices por experiencia? #ForeverAlone.
Una vez en el Friasmovil, a punto de salir del pueblo, hice una parada con sus cuatro intermitentes y todo, en la plaza de toros de Alfaro. El edificio se ve un poco abandonado y desconozco si tiene actividad a día de hoy, pero dada la tradición que tienen por el norte a las vaquillas y demás elementos del mundo taurino, era de esperar este edificio en la localidad.
Finalmente, en la salida de Alfaro, en la carretera que te lleva a Rincón de Soto, puedes encontrar un recuerdo del pasado: el Ninfeo Romano. Se trata de una antigua fuente romana del siglo I, localizada en la ribera del río, al lado de la estación de autobuses. El estado de conservación es un poco lamentable: suciedad, escasa indicación, y poca protección, facilitando el acceso a individuos con ideas dañinas demasiado alejadas de ver este lugar como un reclamo turístico y un punto histórico a conservar.
Varios son los motivos que te pueden llevar a visitar Alfaro: gastronomía riojana, buen vino, edificios de interés turístico e histórico, naturaleza…eso sí, si después del paseo por la Florida, tu churri te lleva al hotel y te empieza hablar de lo monas que son las cigüeñas, quizás en un futuro no muy lejano un pequeño «delincuente» con tu cara, acabe en una excursión durmiendo en el Albergue para jóvenes de Alfaro.