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Nunca suelo enterarme de ningún evento relacionado con el sector turístico y si llego a enterarme ya es demasiado tarde para asistir. En esta ocasión, un buen día navegando por los mundos de Twitter, vi que un compañero blogger estaba tuiteando sobre algo llamado PICOT. Cuando vi que se trataban de unos premios relacionados con la comunicación turística pensé: ¡esta vez no se me escapa!
Así que rápidamente contacté con los organizadores y en un abrir y cerrar de navegador ya estaba inscrito para asistir a la gala de entrega de premios de PICOT 2015.
Pero, ¿de qué trataba concretamente PICOT 2015?
El grupo de comunicación RV edipress, especializado en el sector turístico, ha estado trabajando durante un año (o incluso más) en la elaboración de estos premios internacionales de comunicación turística, donde se hizo entrega de sus correspondientes premios a los ganadores de cada una de las doce categorías tenidas en cuenta. Desde su página web, y como posteriormente repetirían hasta la saciedad a lo largo de la gala, destacan la objetividad e independencia de estos premios con cualquier tipo de condicionante económico, político o de cualquier otra índole o interés.
En los tiempos actuales es difícil poder defender esta argumentación a capa y espada y más en un sector interrelacionado, en el que existen vínculos de amistad o de negocios entre los miembros del jurado y cualquier medio que pudiera estar nominado a los citados premios. Pero vamos, que si desde la organización se defiende, entendemos que el sistema de votación ha permitido salvaguardar esa objetividad defendida y que tal vez nos encontremos ante unos premios que tienen una cierta seriedad. Todo como siempre es discutible. Lo que no voy a negar es el currazo para organizar el evento que se pegaron los miembros de RV edipress. Eso si que es indiscutible.
El evento tuvo lugar en el hotel Marriot Auditorium Madrid, ubicado cerca del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid – Barajas, especializado en la celebración de congresos y eventos y que cuenta con un auditorio en el que se podría organizar un concurso de monólogos muy guapo.
Nada más llegar, un grupo de animadores iban acompañando a los asistentes hacia la zona en la que se realizaba el registro de llegada y donde se servía un cóctel de bienvenida. Tal y como se ponía de manifiesto en la invitación, los asistentes masculinos debían acudir vestidos de traje oscuro, mientras que las féminas debían optar por un traje de cóctel, que en un primer momento pensé que las obligaban a ir vestidas de cóctel de gambas o algo así. ¡Pobrecitas mías! Pero no, estaba equivocado. Me queda tanto por aprender de estos mundos del postureo…
Después accedimos al salón donde tenía lugar la cena: ensalada de bacalao y langostinos con gelée de naranja y salsa de jenjibre de primero y solomillo de añojo con salsa de boletus y patata gratén de segundo. El resumen de tanto nombre es que ambos platos estaban deliciosos.
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Finalizada la cena y tras la invitación a un café sin leche, porque se trataba de un café especial hindú (fenomenal excusa para justificar que se habían quedado sin leche), comenzó la gala de entrega de premios en el auditorio.
La puesta en escena inicial fue espectacular, con un juego de música e imágenes proyectadas sobre las letras de PICOT 2015 que había en el escenario, si bien empezó a perder ritmo con el poema posterior mientras dos chicas danzaban sobre el escenario y la lenta presentación del evento, donde pretendió haber una fuerte carga emotiva que aún no termino de entender. Para el año próximo personalmente incrementaría el ritmo de presentación, y me centraría especialmente en la entrega de premios, motivo principal por el que se celebra el evento.
De la asistencia a los premios PICOT 2015 me llevo un par de cosas claras: 1. Demasiado glamour para un tipo como yo, 2. Debo enterarme y asistir a eventos donde el número de conocidos sea mayor para no sentirse más apartado que esos guisantes que no te quieres comer.
En fin, poquito a poco, pasito a paso.
*Consulta aquí los finalistas y ganadores de las distintas categorías.
